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18 de Septiembre del 2011
ESCOGIDOS PARA SALVACIÓN
2 Tesalonicenses 2:13-14 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Aunque el corazón humano, incluso el del creyente, no sea perfecto, la Salvación de Dios si lo es.
El mismo mecanismo salvador en Cristo, asegura la salvación final en él; y esto queda demostrado en la explicación que el apóstol Pablo les dio a los creyentes de Tesalónica con respecto a nuestra reunión final con él; aunque su propósito era evitar especulaciones con respecto a la fecha de su segunda venida, al recordarles que esta será antecedida por el desbordamiento supremo del pecado de la humanidad, destacó la perfecta obra de la Salvación en Cristo.
Solo a quienes Dios, por su mero amor, haya escogido y separado espiritualmente, al darles el testimonio interno de la verdad del evangelio, podrán alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo; porque solo estas personas podrán y verdaderamente querrán retener la correcta doctrina de Cristo, la cual los llenará de la esperanza y consolación necesarias para perseverar hasta el final de sus vidas.
No necesitamos ver a Cristo viniendo otra vez para creer en él; necesitamos entender, creer y vivir conforme a su evangelio, para que él mismo nos salve hasta el día de su regreso.
17 de Septiembre del 2011
JUSTICIA DIVINA
2 Tesalonicenses 1:6-7 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,
Ninguno de los perseguidores del evangelio quedará sin castigo, así como ninguno de sus verdaderos seguidores quedará sin recompensa.
Muchos, sin al menos estudiar la biblia, se atreven a cuestionar la justicia de Dios, por el simple hecho de no ver castigos inmediatos por el pecado; pero ello no invalida al único que es justo, porque aún no ha llegado el día del pleno ejercicio de la justicia divina, cuando retorne poderosamente el Señor Jesucristo.
Al contemplar la vida de rectitud de los Tesalonicenses, Pablo percibe como Dios lleva a través de tribulaciones a los que buscan hacer su voluntad, para recompensarlos en la eternidad con él (2 Tesalonicenses 1:1-5); pero al mismo tiempo, observa el extremo contrario en quienes se oponen a rendir su vida a Cristo, oponiéndose al evangelio y hasta persiguiendo a los creyentes (2 Tesalonicenses 1:8-9); por lo cual ora, para que los que profesan ser cristianos, sean tenidos por dignos de ser recompensados en la segunda venida de Cristo, aunque esto signifique padecer la persecución del mundo pecador (2 Tesalonicenses 1:10-12).
¡No nos confundamos, ni nos desalentemos, al ver la dicha y el poder de los más pecadores en este mundo! y más bien recordemos lo dicho al rico luego de su muerte, en la parábola narrada por Cristo: “acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado” (Lucas 16:25).
Dios es el único justo y tiene la eternidad de su lado para demostrarlo.
16 de Septiembre del 2011
JESÚS VOLVERÁ
1 Tesalonicenses 5:2 Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;
El verdadero creyente, no se obsesiona con la fecha del regreso de Cristo; pero si demuestra estar convencido de su retorno, a través de una vida consagrada.
Pablo se rehusó a contemplar posibles fechas para la segunda venida de Cristo; y para ello, apeló al carácter sorpresivo de la misma, lo cual será el instrumento divino para impartir verdadera justicia sobre el pecado de la humanidad (1 Tesalonicenses 5:1-3); es por ello, que un verdadero cristiano no debería sentirse amenazado, porque para él no es una sorpresa desagradable el retorno de Cristo, ya que está seguro de haber sido salvado del pecado por su Señor (1 Tesalonicenses 5:4-11).
Más bien, en vez de gastar tiempo en pronosticar lo que el mismo Cristo declaró como velado a la humanidad, el creyente se debe ejercitar en la salvación que recibió, sujetándose a los líderes de su congregación y participando en la vida comunitaria de la iglesia, a través de la restauración, el perdón, la bondad, la alegría y la vida de oración que en ella se fomenta (1 Tesalonicenses 5:12-22); solo así se estará verdaderamente listo para la segunda venida del salvador, el cual es fiel para preservar en santidad a sus hijos, dentro de las diferentes congregaciones cristianas (1 Tesalonicenses 5:23-28).
¡Cristo vuelve! y lo sorpresivo de su venida es motivo de santificación para sus siervos.
15 de Septiembre del 2011
LA ESPERANZA DE LA RESURRECIÓN
1 Tesalonicenses 4:13-14 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Aunque todos vamos a morir, el creyente vive lleno de esperanza; porque un día resucitará con cristo para vivir eternamente con él.
Sería muy triste que todo terminara en la tumba, luego de vivir buscando la santidad que agrada al Señor (1 Tesalonicenses 4:1-3, 7-8), evitando toda impureza sexual (1 Tesalonicenses 4:5), siendo fiel a la pareja (1 Tesalonicenses 4:4), procurando no agraviar o dañar a nadie (1 Tesalonicenses 4:6), dando ejemplo al trabajar honrada y tranquilamente (1 Tesalonicenses 4:11-12), y procurando abundar cada vez más en amor hacia los demás (1 Tesalonicenses 4:9-10).
Y para que los tesalonicenses no se deprimieran por la muerte de sus seres queridos antes del regreso de Cristo, el apóstol fue inspirado a proclamar la palabra del Señor con respecto a la transformación de los creyentes que estén vivos, y a la resurrección de los que ya hayan muerto, cuando el Señor vuelva en su gloria radiante (1 Tesalonicenses 4:13-18).
No son las personas del mundo las que deben hablar de esperanza; ya que sin Cristo a su favor, solo podrán sentir la vara de su juicio eterno, cuando sean resucitados; por el contrario, es el creyente quien debe vivir con la felicidad del que se proyecta hacia la vida eterna, al saber que un día resucitará con Cristo, para vivir junto a él.
14 de Septiembre del 2011
CONSOLADOS POR LA FE DE OTROS
1 Tesalonicenses 3:7-8 por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe; porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.
Así como la Madre, que sufre al dar a luz, se olvida de su padecimiento al ver saludable a su hijo; así mismo, el creyente maduro es consolado de sus sufrimientos, al ver la vida espiritual saludable de quienes él evangelizó.
Pablo no esperaba a llegar a los lugares donde había establecido Iglesias, su amor por los hermanos lo impulsaba a escribirles cartas; y en ocasiones, les enviaba a alguno de sus compañeros de ministerio, como envió a Timoteo a la Iglesia de Tesalónica (1 Tesalonicenses 3:1-5).
Cuando Timoteo regresó, llenó a Pablo de buenas noticias sobre el testimonio espiritual de los Tesalonicenses y de sus saludos afectuosos para él (1 Tesalonicenses 3:6); lo cual sirvió como leña para el fuego espiritual del corazón del Apóstol, quién olvidando sus circunstancias adversas, no dudó en expresar su alegría, dirigiéndola en acción de gracias a Dios y en súplicas por aquellos que permanecen firmes en la fe, para que perseveren en Cristo y para poder disfrutar en algún momento de su compañía (1 Tesalonicenses 3:9-13).
Es bueno recordar, que la fiesta angelical en los cielos, se enciende por un pecador que se arrepiente; y por ello, el creyente maduro, deja de quejarse por sus circunstancias y disfruta del gozo celestial, solo con ver a una ovejita volver sobre los brazos del Buen Pastor, nuestro Señor Jesucristo.
Dios quiera que nuestro gozo al ver el progreso en la fe de los demás, nos sirva de aliento en medio de nuestras adversidades; ya que esto solo sucede, cuando damos mayor importancia al Reino de los cielos que a los asuntos terrenales.
13 de Septiembre del 2011
AMOR POR LAS ALMAS
1 Tesalonicenses 2:8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.
La vida de quién comunica el evangelio debe irradiar el amor que proclama en Cristo.
Hay que estar lleno del amor de Dios para predicar a Cristo en medio de la oposición (1 Tesalonicenses 2:1-2), para no dejarse llevar por motivos egoístas (1 Tesalonicenses 2:3-4), para no caer en zalamerías ni abusos con las personas (1 Tesalonicenses 2:5-7, 9-10), y para corregirlas con afecto paternal (1 Tesalonicenses 2:11-12); porque solo así, los que escuchan el mensaje del evangelio lo verán como verdaderamente venido de Dios (1 Tesalonicenses 2:13); y estarán tan seguros del amor de Cristo sobre sus vidas, que perseverarán en medio de la persecución del mundo (1 Tesalonicenses 2:14-16).
A los hijos de Dios debería pasarle lo que a Pablo, que aun estando lejos de los demás creyentes, los seguía amando con todo su corazón (1 Tesalonicenses 2:17-20); pero ¿realmente pasa eso con los que profesamos creer en Cristo actualmente? No debemos olvidar las palabras del Señor Jesús: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35).
No solo debemos entregar a los demás el mensaje del evangelio; junto con él, debemos entregar nuestro propio corazón.
12 de Septiembre del 2011
CONVERSIÓN EJEMPLAR
1 Tesalonicenses 1:9-10 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
La transformación de una conversión verdadera a Cristo, vale más que mil Palabras; especialmente, si se quiere mostrar al Dios verdadero.
Mostrar un amor constante, una esperanza genuina en Jesucristo (1 Tesalonicenses 1:1-3), un deleite continuo en el Espíritu Santo, a pesar de las tribulaciones (1 Tesalonicenses 1:4-6), y un abandono total de la idolatría (1 Tesalonicenses 1:9-10); todo esto, impacta tan fuertemente, que sirve de base para evangelizar al inconverso y de estímulo para la vida de otros creyentes (1 Tesalonicenses 1:7-8).
Nuestro objetivo debe ser vivir de tal manera, que nuestra predicación de Cristo sea respaldada con nuestro ejemplo; y que el mismo ejemplo, aliente a los demás hermanos en la Fe a predicar de Cristo.
¡No esperemos a que nos impulsen, sino que más bien seamos de los que impulsan con su ejemplo!